¡Vivimos bajo una montaña de influencias!
Parece evidente que si un individuo nunca toma consciencia de sus traumas y comportamientos inconscientes difícilmente va a poder desligarse de ellos.
Imaginemos por un instante que siguiendo cierta inercia familiar trabajamos de abogados al igual que nuestro padre y abuelo. Profesión en la que nunca nos hemos sentido cómodos, ni felices. Puede suceder que en el momento que intentemos buscar otras alternativas laborales empecemos a encontrar resistencias de todo tipo. ¡Nuestro árbol protestará si intentamos liberarnos del contrato de lealtad que nos une!
Cuando nos movemos llevamos a todo nuestro “clan” con nosotros. Se dice que junto a cualquier persona siempre viajan unas catorce personas como mínimo: padres, abuelos y bisabuelos. Los Taoístas llegan más lejos y consideran que estamos “condicionados” por las siete generaciones que nos preceden.
Puede que en un momento dado encontremos la oportunidad para realizarnos, sin embargo antes tendremos que enfrentar algunas resistencias de nuestro árbol genealógico. En esa pelea será muy útil que encontremos a un psicólogo, terapeuta, maestro, etc. que nos indique las puertas en esa muralla defensiva. Y, por supuesto, que a continuación hagamos el esfuerzo para abrirlas, porque nadie lo hará por nosotros.
En ese nuevo camino encontramos aliados y también enemigos que nos recordarán la persistencia del pasado. Aunque internamente puede que sintamos que estamos traicionando a nuestro “clan”, también veremos la vida desde un nuevo punto de vista que probablemente permita que dejemos de repetir fórmulas caducas.
Las resistencias son reacciones de defensa. Cada vez que nosotros “movemos algo” nuestro clan también se mueve por efecto del inconsciente familiar tratando de volver a equilibrar la situación. Nos cuesta cambiar porque, en parte estamos muy identificados con el papel que jugamos dentro del árbol familiar y tememos que con cualquier cambio que hagamos dejen de querernos.
Nuestro éxito, si aparece, también será el éxito de nuestro árbol genealógico. Lo que nos damos a nosotros mismos, se lo estaremos dando a nuestro árbol.