Una mirada a las profundidades (El poder de lo invisible II)
“Cuanto más aptos somos para hacer consciente lo inconsciente, más grande es la cantidad de vida que integramos” Jung
Son muchos autores los que afirman que debajo de nuestro inconsciente personal podemos encontrar el inconsciente familiar, es decir nuestro árbol genealógico al completo. Y si nos atrevemos a seguir profundizando probablemente lleguemos al inconsciente colectivo del que hablaba Jung.
Aunque lo consideremos invisible, su tamaño nos resulta inimaginable. Podríamos interpretarlo como un enorme océano sobre el que hay una pequeña barca, la parte consciente en la que nos situamos nosotros. Navegamos sobre un inmenso océano a merced de fuerzas que escapan a nuestro control.
Al tratar de explorar ese enorme territorio encontraremos aspectos tanto positivos como negativos. Sin embargo resulta evidente que el inconsciente es nuestro aliado, porque navegamos sobre él.
Explorar el propio inconsciente no es fácil. Hoy quiero nombrar un mapa personal, la carta astral, que permite cartografiar algunos de sus contenidos.
Desde la astrología se asocia a la casa XII como la del inconsciente. Afirma Juan Trigo que para muchos autores es así, no solamente el concepto de inconsciente colectivo de Jung sino de ese propio saco o pozo insondable a donde va a parar todo aquello que no entendemos de nosotros mismos o que “dejamos para más adelante”.
No está de más que digamos que herramientas hay muchas y que en última instancia cada cual debe encontrar aquella con la que mejor sintonice.
¡El autoconocimiento es la recompensa!