Un instrumento mágico por excelencia.
¿Es la “varita mágica” la que tiene el poder o este reside en quién la maneja?
Según relata un famoso cuento, la varita mágica es una herramienta capaz de transformar una calabaza en la carroza de Cenicienta. Otras varitas, como la del zahorí, tiene la virtud de descubrir manantiales e incluso tesoros escondidos.
Sin embargo esta herramienta en manos inexpertas no hará nada porque los verdaderos poderes mágicos no los encontraremos en la herramienta sino en el que la maneja.
Para aquellos que duden de este principio pueden hacer la prueba cambiando la varita por un balón de baloncesto. Observen lo que son capaces de hacer con esta pelota a diferencia de las grandes estrellas de ese deporte que la manejan con infinita habilidad y destreza. De ahí que resulte evidente que para hacer funcionar cualquier cosa necesitaremos acumular muchísima experiencia.
Solo se puede prescindir de la herramienta cuando se alcanza el nivel del mago muy experimentado. El mago y su herramienta se fusionan, se convierten en una unidad.
PD: El poder del “mago experimentado” funciona igual en cualquier otro oficio: profesor, psicólogo, médico, artista… siempre que este acumule la suficiente experiencia para manejar y hacer lo que debe ser manejado y hecho. Por esa razón se dice que la experiencia es un grado.