Vivimos en un planeta complejo, nos movemos sobre arenas movedizas, en un terreno plagado de todo tipo de armas mortales.
Como dice Alejandro Jodorowsky: “necesitamos creer que el ser humano es un animal sublime, necesitamos creer que tenemos inmensas posibilidades de crearnos un alma…”
Tal vez también necesitemos creer que si nos comportamos como el arquero del cuento que entrenaba disparando flechas a la Luna, aun siendo conscientes que ninguna llegará tan lejos, sin embargo la práctica nos hará mucho bien.
Nuestras “flechas” pueden tomar distintas formas: mensajes positivos, compartir lo mejor que encontremos, apostar por aquello que pueda ampliar el entendimiento, lanzar semillas de conciencia en cada ocasión que tengamos, etc.
Es cierto que no podemos cambiar el mundo -algo que conviene tener muy claro- pero probablemente podamos aportar algo de valor al mismo. Este blog, sin ir más lejos, es una humilde apuesta que va en esa dirección.
PD: Otra forma de verlo -más infantil- sería esperar a que otros solucionen todos nuestros problemas. Y las múltiples evidencias nos hacen pensar que no va a funcionar…