Un ejercicio que propone Alejandro Jodorowsky
¿Te atreves a ponerle nombre a tu Ser esencial? (Intenta que sea lo más sublime que puedas)
Y luego bautiza tus cuatro egos con nombres ridículos. Al intelecto, yo lo llamé durante mucho tiempo: “Don Navaja, el Inquisidor castrador”.
Una amiga mexicana, de carácter muy colérico, le llamo a su centro emocional “La generala Doña Pancha Villa”…
No te doy más ejemplos para que apliques libremente tu imaginación creativa. Cuando hayas bautizado a tus egos intelectual, emocional, sexual y corporal, te darás cuentas que tienes muchos otros sub-egos, tales como el egoísta, la maniática, el acomplejado, la tímida, el glotón, etc.
Bautízalos a todos. Este ejercicio te hará progresar porque podrás, de manera objetiva, identificar esas desviaciones y sufrir mucho menos diciéndote , cada vez que alguna de ellas te posea “¡Este no soy yo!¡Esta no soy yo!”.
Alejandro Jodorowsky en Cabaret Místico