Algunos maestros pueden darnos valiosas pistas sobre la imagen que llevamos en lo más profundo de nuestro Ser. Sin embargo debemos reconocer que somos nosotros mismos los únicos que podemos construirla, siempre que estemos atentos a nuestros momentos de mayor inspiración.
Para conocer cada una de esas voces interiores en primer lugar hay que escucharlas y después observar cómo se comportan, averiguar el escenario en el que se mueven y los motivos por los que actúan como lo hacen.
Nada es fácil en este planeta y conocernos internamente tampoco lo es. Vivimos rodeados de dispersión, por tanto será mejor que reconozcamos de antemano que vamos a tener que esforzarnos bastante para descubrir “la verdad” por nosotros mismos.(Entendiendo que esas verdades siempre serán parciales)
Decía Pessoa que las palabras son sólo piedras puestas atravesando la corriente de un rio, si están allí es para que podamos llegar a la otra orilla que es la que importa. Como no hay dos personas iguales cada cual deberá encontrar -o inventar- su particular forma de cruzar el río. Por tanto seamos valientes y sigamos nuestro propio camino, al margen de lo que otros quieran imponernos.
Lo que llamamos “magia” aparecerá en el momento que consigamos que nuestras voces interiores se sincronicen y sean capaces de funcionar como una orquesta muy afinada.