¿Ayudo a los demás sin observar mi propia situación?
En mayor o menor medida todos podemos actuar como una especie de guías acompañantes durante breves periodos de tiempo. Después dejamos a otros esa función de guías encargados de mostrar caminos más complejos.
¿Esos guías no son lo que comúnmente conocemos como “maestros”?
Sí. Hasta que un día descubrimos que el mejor maestro, tal vez el más importante de todos, es el que llevamos dentro.
¿Es el encuentro con ese otro “yo” mucho mayor?
Lamentablemente en la vida no hay atajos. Intentar seguir recetas ajenas puede alejarnos de nuestro camino auténtico. La solución es vivir la propia vida y avanzar a nuestro ritmo.