Es curioso como el ser humano fantasea con abrir nuevas etapas en su vida, sin estar dispuesto a pagar ningún precio por ello.
Una justificada crisis en la pareja puede hacer que reviente todo por los aires y rompan, o que hagan cambios sustanciales y se fortalezca la relación. Las dos circunstancias son evolutivas.
Un joven en desempleo puede acomodarse a vivir con el dinero que le pasan sus padres, no entrará en crisis, sus padres y él lo evitan a toda costa, pero tampoco pasará a la etapa adulta.
El poeta griego discípulo de Anaxágora, Eurípides de Salamina, ya lo decía sobre el año 450 a.c.:
“En esta vida hay que morir varias veces para después renacer. Y las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para cancelar una época e inaugurar otra.