A lo largo de nuestra vida tendremos múltiples encuentros con la muerte. Tal vez comencemos con la desaparición de alguno de nuestros abuelos o de otros familiares cercanos. Reconozcamos de antemano que casi nadie estará nunca completamente preparado para estas despedidas.
Sin embargo, tal y como explicará a continuación Peter, hay muertes que pueden ser anticipadas por algunas personas con especial sensibilidad. Su madre, antes de morir, pasó por una grave enfermedad que la tuvo postrada en cama durante casi tres años.
Peter: “Todos en mi familia intentábamos prepararnos para el que parecía ser un inminente desenlace que se iba retrasando en el tiempo. De vez en cuando, a través de una buena amiga me llegaba información sobre mi madre que no acababa de comprender. Lo interpretaba como palabras bienintencionadas que solo pretendían ayudar. Sin embargo pasados ya los dos años de enfermedad me confesó que estas indicaciones se las comunicaba una mujer mayor, una antigua maestra, que conocía desde hacía tiempo. Tenía la extraña particularidad que podía hablar con personas muertas, así como las que estaban entre los dos planos”
Abramos un paréntesis para recordar que en los hospitales son muchos los médicos que han escuchado cosas que no tienen explicación científica. Por ejemplo pacientes terminales que explican la visita de dos médicos vestidos de negro para indicarles que era la hora de marcharse, muriendo a la mañana siguiente. (No hay médicos vestidos de negro en ningún hospital)
Peter: “A través de mi amiga, concerté una cita con aquella abuelita que nos invitó a merendar en su casa. Frente a un café aquella mujer de aspecto y modales muy amables me contó que esa capacidad de comunicarse con personas fallecidas se le despertó a raíz de un accidente. Al principio pensó que había perdido la cabeza, pero tuvo la fortuna de encontrarse con personas que supieron orientarla en el manejo de esta rara habilidad.
Me comentó que cuando entraba en una iglesia y se daba la circunstancia de que había un funeral, inevitablemente “el muerto” se presentaba frente a ella porque sabía que podía comunicarse. Explicó que los casos más trágicos, porque no entendían nada, eran los jóvenes muertos por accidente que no sabían que lo estaban. También me relató el caso de un viejo sacerdote conocido por ella que tras morir se sentía estafado, no estaba junto a Dios y el trabajo continuaba en ese otro plano”
Al margen de esta historia que cuenta Peter, hay gran cantidad de bibliografía disponible para aquellos que quieran profundizar sobre las experiencias cercanas a la muerte.
Peter: “Esta mágica mujer me contó que a mi madre le quedaban días en este plano. Que ya llevaba un tiempo entrando y saliendo de su cuerpo. Estaba casi preparada para dar el salto definitivo. Me pidió que cuando me viera con fuerzas me despidiera y le diera permiso para continuar su viaje. Así lo hice”