¿Qué puede suceder cuando una madre es sana?
De mente y cuerpo sano, sexualidad satisfecha y emociones equilibradas, en estrecha colaboración con su pareja, parirán, amamantarán y criarán a sus hijos en perfecto acuerdo con la Naturaleza.
¿De qué serán conscientes estas madres?
Serán conscientes de que el nuevo niño no es una víscera ni un órgano suyo, que ha nacido como una necesidad del universo viniendo a aportar nuevos caminos, siendo un paso más en la evolución que conduce al ser humano hacia la inmortalidad.
¿Qué muestran estas madres a sus hijos?
No les inculcarán caducos modelos del pasado sino que sólo le transmitirán los valores de sus antepasados; se dejarán guiar por el niño, considerándolo su maestro, dándole lo que él indica que necesita y no metas exigidas por la trampa familiar, que podrían anquilosarlo o desviarlo de su ser esencial.
¿Son madres que se alejan de la posesividad?
Estas madres nunca se erigirán en posesoras únicas del niño, lo compartirán con su pareja y con el mundo. No le dirán «ve por aquí» sino que le mostrarán el mayor número de opciones posibles, dándole la oportunidad de elegir.
Tampoco parece que vayan a seguir las recetas de un libro de crianza.
Sabrán adaptarse a las necesidades del bebé, amamantándolo los meses que sean necesarios, sosteniéndolo con brazos amorosos y arrullándolo con dulzura: esta experiencia permite al niño de pecho sentirse real, ser, lo que le dará pronto la posibilidad de hacer y recibir.