¿Qué es la fortuna?
Todo lo que te lleve a encontrarte con el adulto que llevas en tu interior.
¿La fortuna no es la riqueza?
La fortuna auténtica no va de dinero, ni de propiedades, como tampoco trata de títulos ni distinciones de ningún tipo.
Entonces ¿de qué hablamos cuando decimos que alguien es una persona de fortuna o afortunada?
De que se conoce, sabe quién es al margen de la máscara que muestra al exterior. Es afortunada porque ha conseguido descubrir su esencia.
¿Y eso para qué sirve?
Para dejar de ser una marioneta que otros (familia, sociedad y cultura) manipulan a voluntad.
¿Necesito un ejemplo para entenderlo?
Imagina a tu niño, al que le gusta pedir, encontrándose con esa parte central tuya que además de dar se encarga de iluminar el camino. También puedes verlo desde otro punto de vista, como el encuentro entre tu parte adulta, la que encarna eso que llaman “propósito vital”, con tu niño interior.
¿Qué puede salir de ese encuentro?
El niño, que todos llevamos dentro con independencia de nuestra edad, descubrirá que acompañado por el adulto estará a salvo. No necesitará rodearse de cosas innecesarias (como la armadura que tuvo que ponerse para sobrevivir que algunos llaman ego)
¿Y qué gana la parte adulta en este encuentro?
Es consciente que “ser lo que es es la máxima felicidad” y sin la ayuda de su niño interior no habría sido posible. El adulto agradece la existencia del niño que siempre llevará dentro.