Claire keegan responde que “una buena historia es la que está casi incompleta y parece frágil. Es como la diferencia entre sentarse al lado de alguien que no para de hablar, y que sabes que no va a decir nada importante, o sentarte al lado de alguien que está muy callado y probablemente te va a decir algo. Nos pasamos la vida hablando, pero la mayoría del tiempo no decimos nada. Un cuento revela lo que no se dice.”
“Nuestra sociedad está basada en cuentos, nos los creamos o no.” Alejandro Jodorowsky
“Si quieres un adulto con un pensamiento creativo, de pequeño cuéntale cuentos, si lo quieres además sabio, cuéntale más cuentos.” Albert Einstein
“Los cuentos se han utilizado desde la antigüedad inmemorial, como portadores de conocimiento e instrumentos de comprensión” según Idries Shah
El cuento es un instrumento que permite burlar las defensas del inconsciente y que llega a todo el mundo saltando por encima de cualquier diferencia cultural.
Los cuentos, permiten su lectura a muchos niveles y se pueden contar muchas veces porque vuelven a la vida en cada ocasión que los releemos.
El cuento es sólo una mitad, la otra mitad es la interpretación que llevamos dentro. Al fusionarse experimentamos felicidad y satisfacción.
Podemos leer un cuento una vez como entretenimiento, leerlo dos veces y reflexionar sobre él, o dejar que este nos revele su significado interno después de varias lecturas.
Milton Ericsson usó los cuentos como herramienta de trabajo. Primero captaba la atención del paciente por medio de la sorpresa, del impacto, recurriendo a cuentos didácticos. Todas sus historias tenían una estructura y un argumento, a menudo con final feliz.
Afirma Clarissa Pinkola podemos escuchar a tres niveles distintos: “El primero es el de las conversaciones mundanas, el segundo nivel es para adquirir erudición y el tercero permite que el alma escuche consejos que puedan servirle de guía. Hay que escuchar por tanto con el oído del alma, pues ésta es la misión del cuento”
Como decía Ana María Matute: “Si no hubiese podido participar del mundo de los cuentos y si no hubiese podido inventarme mis propios mundos, me habría muerto”.