Preguntas sobre los personajes interiores que nos habitan.
Esas "voces" que todos tenemos dentro y que cuando las ignoramos pueden complicarnos la vida.
Responder a alguna -o a todas- las siguientes preguntas puede aportar un mayor nivel de conocimiento sobre nosotros mismos:
¿En qué faceta o escenario de tu vida sientes que ocupas un lugar central?
¿Qué le faltó a tu niño interior? ¿Por dónde continúa correteando en la actualidad?
Le pregunto a tu periodista: ¿Cómo crees que transmites la información en tu día a día?
¿Serías capaz de definir cómo es tu capacidad de disfrute?
¿Usas tu capacidad de hacerte valer? ¿En qué escenario de la vida?
¿Dónde te sientes expansivo? y por oposición ¿dónde realizas el máximo esfuerzo?
¿Eres original, creativo o innovador en algún sector de tu vida? ¿En cuál?
¿En qué entornos fluye tu inspiración?
¿Dónde escondes tus miedos y angustias reprimidas? Aquello que más temes.
¿A qué crees que no tienes derecho?…
Hay una serie de “escenarios” en los que podemos situar a estas “voces”:
El primer escenario eres tu mismo. Tu imagen, lo que muestras al exterior.
El segundo se refiere a tus necesidades ineludibles: comida, afecto, dinero, etc.
El tercero es la exploración de tu entorno inmediato: parientes y vecinos.
El cuarto son tus raíces, el hogar (o la patria) a la que llegaste. También tu patrimonio.
El quinto tu creatividad y sexualidad: hijos y creaciones de todo tipo.
El sexto es el trabajo y tu forma de cumplir. Donde compensamos los excesos anteriores.
El séptimo son los otros (la pareja). Un espejo gracias al cual nos conoceremos mejor.
El octavo las necesidades de los otros. Temas tabú como los finales y la muerte física.
El noveno son nuestras creencias y búsqueda de lo trascendente. Todo lo lejano.
El décimo es nuestro escaparate social. La búsqueda del aplauso y premios del mundo.
El onceavo son las necesidades del décimo: amigos, proyectos…
El doceavo es el retiro.
Como dice una famosa cita sufí “quién se conoce a sí mismo conoce a su Señor”