¿Quién se ha sentido alguna vez “tocando fondo”?
Yo sí, la verdad, por muy psicóloga veterana que sea.
Sensación de oscuridad total, soledad, miedo, impotencia. “Anda, ya estoy en el pozo”, me digo.
Y la verdad es que el cien por cien de las veces ha pasado el tiempo y otras cosas, y el pozo ha resultado ser un túnel con salida a otra escena de vida, exterior o exterior. La luz ha traído crecimiento y consciencia. Pero todo eso es difícil de creer cuando estamos en la oscuridad del pozo.
Por eso, cada vez que salgo escribo una nota de esas cosas que me han servido para avanzar hacia la luz. Para que no se me olvide. La escritura es una de mis herramientas guía favoritas.
Esos recordatorios me hacen ganar confianza: los pozos son en realidad túneles y la luz llega.
Hoy con vuestro permiso os comparto unas cuantas de esas notas, pero os sugiero que escribas las vuestras, esas serán las más valiosas:
Reformulación: “tengo un problema” → “tengo un reto por resolver”
Pon música aunque no tengas ganas y baila lo que sientes
Entrena la paciencia. Confía en la mecánica del tiempo.
Escribe ahora mismo una carta al “monstruo”.No te guardes nada. Luego haz con ella lo que sientas
Dialoga con lo que te aflija, “monstruo”, “nubarrón”, ponle imagen, voz; conocerlo te ayudará a mantenerlo a dominarlo.
Desarrollar como si fueras una ingeniera un sistema antibombas. Estrategias para detectar y evitar las explosiones de bombas futuras.
Escribe/Dibuja cuando te sientas mal.
Conecto con mi Ser Esencial. Si mi self besa mi parte “penosa rana en el charco”, de inmediato me convierto en princesa.
Doy salida a mis emociones. Expreso mi ira de forma consciente, para que ella no se exprese por su cuenta. Lloro lo que tengo que llorar. Las lágrimas son parte de la cura.
Retírate a tiempo de lo que te hace daño. La saturación suma dolor y multiplica el sufrimiento.
Si te ha gustado este artículo,