¿Por qué me fijo más en lo negativo?
Sencillo ejercicio para ayudar a rectificar el sesgo negativo del cerebro
Habla Rick Hanson, neuropsicólogo:
“el cerebro desarrolló una parcialidad negativa que lo hace comportarse como una tira de velcro ante el dolor pero como teflón ante el placer. Si bien es cierto que la parcialidad negativa es útil para la supervivencia en condiciones extremas, es nefasta para gozar de calidad de vida, relaciones enriquecedoras, desarrollo personal y buena salud largo a plazo; nos hace aprender más de lo necesario de las malas experiencias y no aprender lo suficiente de las buenas. La mejor manera de compensar la parcialidad negativa es absorber sistemáticamente lo bueno.”
¿Y cómo absorber sistemáticamente lo bueno? ¿Cómo atraer a la conciencia esas actividades, actitudes, pensamientos que sabemos que nos dan placer?
Prueba con un ejercicio tan sencillo como eficaz.
Necesitas unos palitos de madera, o trocitos de cartulina rectangulares rotulador y un recipiente vacío.
Escribe en cada uno alguna actividad que recuerdes que te haya proporcionado placer. Serán nuestros ítems del placer y escribirlos nos ayudará a focalizar y absorber lo positivo de nuestras experiencias. Esfuérzate en dejar al menos 10 dentro del bote y pon a mano un buen puñado de ellos para ir anotando cada noche la actividad del día que más te haya gustado en uno de ellos.
Puede que solo el efecto visual de ese recipiente lleno de ítems lance un mensaje a tu cerebro: “¡Cuántas experiencias placenteras!”
En los momentos de desidia, puedes sacar al azar unas cuantos ítems que te inspiren a hacer algo que ya sabes que elevó el ánimo un día.
Esta actividad es útil y divertida también para practicarla con l@s niñ@s. Desde la infancia esta parcialidad negativa del cerebro está activa.
¿Y si los enseñamos a absorber con consciencia todo lo placentero que se experimenta cada día en esta aventura que supone estar vivo?