Dicen que en la vida de tod@ niñ@ no pueden faltar dos cosas: un perro y una madre/padre que le deje tener uno.
Os comparto unas notas publicadas en el periódico EL PAIS de Ana Asensio, doctora en neurociencia y psicóloga, en las que habla de los beneficios físicos y psicológicos de tener un perro en la familia;
“Principales beneficios físicos
Propicia tus niveles de actividad diaria. Tener una mascota te mantiene activo, especialmente si tienes un perro porque necesita salir a pasear. Con un buen paseo a primera hora tendrás energía para todo el día. Es un hábito que mejora tu salud y hace que el ejercicio físico sea más entretenido.
Las caricias benefician nuestro estado interno. El simple hecho de acariciarles también aporta grandes beneficios. Genera en las personas un efecto relajante que ayuda a reducir el estrés después de todo un día de trabajo. Esto, por ejemplo, provoca que se reduzca la frecuencia cardíaca y, por lo tanto, mejora nuestro corazón.
Son una fuente de entrenamiento cerebral . Tener una mascota implica una serie de responsabilidades y organización. Para las personas mayores, por ejemplo, los animales domésticos tienen múltiples beneficios en este sentido porque les ayudan a mantener la mente ocupada, atenta y activa. Y en los niños también favorece la concentración y la responsabilidad en su cuidado.
Refuerza su sistema inmunológico y presentan menos enfermedades y alergias. El sitio HealthLine afirma que los bebés expuestos a perros y gatos tienen menos probabilidades de sufrir enfermedades respiratorias que quienes no tienen mascotas. Los científicos aseguran que la exposición temprana a los animales fortalece su sistema inmunológico, lo que les ayuda a prevenir infecciones y reduce los casos de reacciones alérgicas.
Previenen las enfermedades cardíacas. Según la organización británica Pet Health Council, los animales de compañía mejoran la salud de sus dueños y cuidadores al contribuir a la reducción de los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre, dos factores de riesgo de las enfermedades cardíacas. Se debe a que, en términos generales, las personas con mascotas realizan más actividades físicas, se alimentan mejor y son menos proclives al tabaco.
Beneficios psicológicos y educativos
Las mascotas producen un sentimiento de acompañamiento y seguridad agradable y evitan que te sientas solo. En niños les ayudan a afrontar miedos e inseguridades. Además, mejoran el estado de ánimo y aportan felicidad. Si has tenido un día largo y difícil, ya sabes que al llegar en casa habrá alguien listo para contagiarte su alegría. La inocencia de los animales, sus habilidades y su ternura logran fácilmente sacar una sonrisa. Incluso en los momentos más difíciles. Los hallazgos, publicados en Journal of Personality and Social Psychology y reproducidos por el Huffington Post, se basan en dos experimentos. En la primera prueba, se estudiaron variables como la autoestima, la soledad, la enfermedad y la depresión. Se descubrió que los dueños de mascotas obtuvieron puntajes mucho mejores en general, demostrando tendencias menos solitarias y una mayor autoestima. En el segundo experimento, 56 dueños de perros respondieron diferentes preguntas relacionadas con sus mascotas. De las respuestas obtenidas, se llegó a la conclusión de que las personas con animales de compañía tenían una vida social más activa y se sentían más completos en el plano emocional.
Ayuda a desarrollar el sentido de responsabilidad en los más pequeños. Tener una mascota en familia puede ser muy educativo para tus hijos. Cuidar de un animal doméstico significa aprender a ser respetuosos, entender las necesidades de los demás, hacerse cargo de las responsabilidades y tomar decisiones, esto favorecerá la autoconfianza y la seguridad. Pero es importante saber que el primer modelo educativo ha de darlo el adulto.
También les permitirá ver y comprender el ciclo de la vida, aprendiendo a vivir un duelo y ser testigos de las diferentes etapas de la vida, desde el nacimiento hasta la muerte. El fallecimiento del compañero peludo siempre representa un duro golpe, pero lo superarán con el tiempo y será un aprendizaje de vida.
Convivir con mascotas también es una fuente de aprendizaje de valores. Los menores (y los mayores también) aprenden diversos valores con los animales, como la fidelidad, la compasión, el amor incondicional, el respeto o la empatía, entre otros. De alguna manera, los animales de compañía ayudan a realizar mejores actos y a actuar de una manera más solidaria.
Las relaciones positivas con los animales de compañía pueden ayudar a crear vínculos de confianza con los demás, así como mejorar la comunicación no verbal, la compasión y la empatía, describe un artículo de la Academia Americana de Psiquiatría Infantil y del Adolescente. Además, tener mascotas favorece la capacidad de socialización, se ha comprobado que los jóvenes que han generado un vínculo afectivo con sus animales de compañía, logran desarrollar mejor sus habilidades sociales como la conversación y la capacidad para cultivar amistades.
Favorece la disminución de la agresividad. Los niños con problemas de agresividad se ven en la obligación de mejorar su conducta para enseñar a su mascota a comportarse de forma correcta. Además, los niveles de ansiedad y estrés disminuyen cuando juegan con su perrito, asumiendo una actitud más feliz y entusiasta.
Siempre te hará sentir querido. Los animales no te juzgan por como eres, te quieren por ser quien les cuida, y esto fomenta una relación tan especial entre mascota y dueño que con el tiempo se transforma en cariño y complicidad. Tener a tu mejor compañero a tu lado, te hace feliz sin darte cuenta. Solo con ver a tus mascotas tu cuerpo libera serotonina, conocida como la hormona de la felicidad. Las vemos, nos siguen a todos lados y hasta las hablamos. Desprenden un amor incondicional que hace que nos sintamos queridos y acompañados en todo momento. Por eso son una fuente de alegría, especialmente para personas solitarias o mayores.”
Os presentamos a nuestros queridos Capitán Lee y Señor, son parte de la familia. Agradezco aquí haber tenido una madre que siempre me permitió vivir con animales.