Hoy he reflexionado sobre la prudencia, virtud y habilidad que se relaciona con la capacidad de tomar decisiones sensatas y acertadas. ¿Cuánto de desarrollada está mi prudencia? ¿Y la tuya?
Dice el proverbio chino:
«Si te subes a un tigre no bajarás cuando tú quieras, sino cuando quiera el tigre.»
¿Reconoces a un personaje interno que se lanza a tomar decisiones sin reflexionar ni anticipar consecuencias? Es tu “yo impulsivo”.
Imagínate que en el mapa del sistema interno de tu personalidad las polaridades se organizaran en rectas avenidas. El “yo impulsivo” vive al este de una de esas vías y que vive al otro extremo de la misma es tu “yo inseguro”. Éste no tendrá el problema de no poder bajarse del tigre, pero tendrá otro igual de grave: la parálisis por análisis que es sinónimo de bloqueo incapacitante.
Entre un extremo y otro de esa metafórica avenida vive nuestro “yo prudente”. Es reflexivo. Ve pasar veloces tigres a pesar de tener atractivos para su misión, busca alternativas o las crea, para avanzar con el máximo control de los riesgos que sea posible.