Lo único que se puede hacer es mostrar la parte de ese camino que conocemos de primera mano porque lo hemos andado. El trayecto podrá ser más corto o más largo dependiendo de la experiencia que se tenga, pero convendría no especular sobre aquellos terrenos que todavía no hemos explorado.
En el camino probablemente encontremos vendedores de sabiduría de todo tipo y condición. La moneda falsa -en el supuesto de que la descubramos- nos estará indicando que existe moneda verdadera.
Utilicemos el sentido común para acceder a través de las puertas que estén abiertas. Obsesionarnos con las bloqueadas no nos conducirá muy lejos. Y aunque pueda parecerlo no es lo mismo acumular libros que sabiduría, en un caso estaremos cargando peso y en el otro liberándonos de cargas inútiles.
Dicen que un *sanador, aplicable a quien se dedique a enseñar o a gobernar, debería tener la capacidad de unir polos opuestos. O lo que es lo mismo, ser capaz de ver las cosas desde otras perspectivas.
* Tres oficios que en la antigüedad se consideraban imposibles eran el de curar, el de enseñar y el de gobernar. Esto era así -probablemente continúa siéndolo- porque el éxito no dependía solo de la figura del medico, del maestro o del gobernante.