Se diría, a riesgo de simplificar en exceso, que las posibilidades de tener problemas con nuestra dentadura pueden estar directamente conectados con nuestra obediencia. Sobre todo si somos tan obedientes que negamos completamente nuestra agresividad.
¿Cuál es la función de los dientes? Con ellos no solo trituramos los alimentos, también las “ideas y circunstancias”que después asimilaremos. Los problemas con la dentadura parecen atarnos con correas invisibles, entonces podemos pasar a reprimir nuestra ira y por tanto quedar a merced de las circunstancias.
Los dientes nos recuerdan que siempre deberíamos sentirnos con permiso para defendernos.
A lo largo de la vida, por no molestar, vamos callándonos muchas cosas que pueden quedar almacenadas en el cuerpo. Generamos sin ser conscientes de ello “almacenes de residuos tóxicos” que cuando se descubran un cirujano deberá intervenir para eliminarlos. La parte emocional y mental del proceso dependerá de nosotros, de que seamos capaces de cambiar determinadas actitudes para evitar continuar escondiendo “porquería” en nuestro cuerpo.
Alejandro Jodorowsky resume las enfermedades en tres ingredientes esenciales: Dice que siempre hay una prohibición, te prohíben ser lo que eres. Una falta de conciencia, no te das cuenta de lo que eres. Una falta de belleza, porque cuando la pierdes enfermas.
¡Terminemos con las prohibiciones ajenas y no escondamos quienes somos!