Probablemente hayamos escuchado algo sobre esa “ley pendular” por la que si algo se escora excesivamente hacia un lado con el transcurrir del tiempo suele acabar justo en el lado opuesto.
Más que una “ley” probablemente solo se trate de una cuestión de equilibrio. Tal vez por esa razón cuando una generación vive una guerra un par de generaciones después (entre los nietos) suelen aparecer más médicos de lo que sería la media normal. Se podría pensar que inconscientemente están intentando reparar los daños causados (¿las atrocidades que les tocó vivir a sus abuelos?)
El árbol genealógico es como un gran organismo que parece tener una sabiduría infinita. De ahí que cuando se pierden las raíces porque la familia tuvo que emigrar resulta curioso observar que tras un par de generaciones suelen aparecer arquitectos que van a establecer sólidos cimientos en cada uno de sus edificios (¿para que no se muevan bajo ningún concepto?)
Con esta mirada transgeneracional aparecen preguntas sobre si: ¿somos tan libres como creemos? o ¿como individuos formamos parte y trabajamos para un organismo mayor?
En cualquier caso saber de dónde venimos (conocer nuestras raíces) puede iluminar el camino.
¿Nos atrevemos a investigar?