Cuando hacemos limpieza en el trastero de nuestra casa, encontramos cosas sorprendentes. Objetos que estaban olvidados, o perdidos, otros que ya no tienen lugar en el presente, pero que somos incapaces de deshacernos de ellos. Aparecen recuerdos de la abuela, souvenirs de viajes y komonos de todo tipo que no sabemos ni de dónde vinieron. Hay que decir que algunos son valiosos a pesar de estar allí a oscuras.
Pero imagina que tu mente es una casa con un enorme sótano.
En realidad, un sótano infinito.
Imagina que allí estuvieran tus memorias inconsciente y también las de tu familia. Es más, puede que allí, al fondo del todo, esté todo lo aprendido en la historia de la humanidad.
Puede que cada noche nuestra consciencia onírica, baje la escalera de ese sótano a vivir sus aventuras oníricas, mientras nuestro cuerpo descansa en pijama hasta la mañana siguiente.
¿Qué encontrará hoy por allí?