Los sentimientos no son lo opuesto a la racionalidad.
No nos damos cuenta de que los sentimientos son en realidad cálculos.
"Los sentimientos son mecanismos bioquímicos que todos los mamíferos y aves emplean para calcular rápidamente probabilidades de supervivencia y de reproducción.
Los sentimientos no están basados en la intuición, la inspiración o la libertad: están basados en el cálculo. Cuando un mono o un humano ven una serpiente, el miedo aflora porque millones de neuronas calculan muy deprisa en el cerebro los datos relevantes y concluyen que la probabilidad de muerte es elevada. Los sentimientos de atracción sexual surgen cuando otros algoritmos bioquímicos calculan que un individuo cercano ofrece una probabilidad elevada de apareamiento exitoso, de vinculación social o de otro objetivo ansiado. Los sentimientos morales, como la indignación, el remordimiento o el perdón, se derivan de mecanismos neurales que surgieron por evolución para permitir la cooperación en grupo. Todos esos algoritmos se perfeccionaron a lo largo de millones de años de evolución. Si los sentimientos de algún antiguo antepasado cometieron una equivocación, los genes que lo modelaron no pasaron a la siguiente generación. Así, los sentimientos no son lo opuesto a la racionalidad: encarnan la racionalidad evolutiva.
Por lo general, no nos damos cuenta de que los sentimientos son en realidad cálculos, porque el rápido proceso del cálculo tiene lugar muy por debajo de nuestro umbral de conciencia."
Harari (21 lecciones para el siglo XXI)