“Ten paciencia con todo aquello que no está resuelto en tu corazón e intenta amar las preguntas mismas, como cuartos cerrados y libros escritos en un idioma muy extraño. No busques ahora las respuestas, que no se te pueden dar porque no podrías vivirlas. Y se trata de vivirlo todo. Vive ahora las preguntas.”
Rainer Maria Rilke
Hemos escrito en otros artículos que nos gusta representar la mente como una gran casa. Sus espacios simbolizan nuestros estados mentales, diferentes entre sí y cambiantes en el tiempo.
A veces en nuestra vida algo no va bien. ¿Te suena?
Asoma una crisis y en una de las habitaciones de nuestra casa-mente una parte nuestra decide entrar para poner nuestra vida patas arriba. Se ha despertado en nosotros un personaje que se hace preguntas. Que no se conforma con no mirar ahí, en lo "no resuelto", escapa así del autoengaño, sabiendo que sería más cómodo a corto plazo mentirse a sí mismo y seguir viviendo como si no sucediese nada.
Es una buena noticia para nuestra evolución personal la inmersión en la estancia de las preguntas. Aunque a otro personaje interno (el de las prisas), le desespere estar entre esas cuatro paredes, conviviendo con una montaña de preguntas aún sin respuesta. Benditas preguntas que abren nuevas puertas de entendimiento, descubrimiento y resolución.
Decimos que el camino de la consciencia es irreversible y que digerir información en nuestro sistema interno es un proceso orgánico que lleva su ritmo. Pero merece la pena vivir la incertidumbre con paciencia y confianza.
¡Ama las preguntas!