Hoy vamos a centrarnos en la belleza, generalmente asociada con el bien. De la misma manera que la fealdad, su opuesto, a menudo se ha relacionado con el mal.
Si nos centramos en el concepto de Belleza descubriremos que este tiene tantas interpretaciones posibles como individuos hay en nuestro planeta, más de siete mil millones de interpretaciones diferentes.
La investigación moderna sugiere que las personas cuyos rasgos faciales son simétricos y poseen la proporción perfecta son más atractivas. Sin embargo Tomás de Aquino definía lo bello como aquello que agrada a la vista. Tal vez por esa misma razón se dice que la belleza está en los ojos de quien mira. ¿En qué otro lugar sino?
Podríamos crear unos titulares que contengan la palabra belleza. Por ejemplo: La belleza de comunicar, de pertenecer, de crear, de sentir, de compartir, de comprender, etc. La lista podría continuar hasta el infinito.
Probablemente exista belleza incluso en los abismos y profundidades. Y tal vez haya quien afirme que lo peligroso puede resultar bello. Aunque esa sea una historia para otro artículo…