Lo que afirman los budistas es que el río (la vida) tiene su corriente, velocidad, escollos, remolinos, junto con otros obstáculos que no podemos controlar. Únicamente disponemos de un remo para dirigir nuestra embarcación (a nosotros mismos) sobre el agua y de nuestra destreza va a depender la calidad del viaje.
¿Es una ilusión creer que tenemos la vida bajo control?
Lo que sí podemos hacer es aprender a manejar el timón de nuestra embarcación. Y en última instancia lo importante no será tanto lo que pueda pasarnos, sino lo que hacemos con aquello que nos suceda en el transcurso de este viaje.
Y por supuesto,¡siempre atentos a la corriente!