La forma de manipular más sencilla.
Consiste en plantear cualquier situación como una confrontación de dos bandos o posibilidades. En uno situaremos a los “buenos” y por tanto en el otro estarán los “malos”.
¿No es completamente relativo, además de reduccionista, lo de bueno y malo?
¡Así es! Sin embargo ya te habrás dado cuenta de que los medios de comunicación estamos dedicados a informar al público, siguiendo nuestro interés particulares, sobre quienes son los buenos y quienes los malos.
Y no parece fácil la tarea… a pesar de todo.
También te habrás dado cuenta de que estas posiciones, buenos y malos, son siempre intercambiables. Hay muchos intereses. Siempre el bueno lo es para alguien y al mismo tiempo será malo para otros.
¿No hay cierta exageración en algunos periodistas?
Por necesidad aprendemos a exagerar, porque el producto se vende mejor. Conocemos por experiencia los mecanismos para convertir una reunión de vecinos en una manifestación multitudinaria, un insulto banal en ofensa, etc. Hemos aprendido a “cocinar” las noticias para nuestro público.
¿Dónde queda lo de informar de forma veraz e imparcial?
Todos sabemos qué emisora conectar o qué periódico leer en función de lo que queremos escuchar. Se diría que en el mundo en el que vivimos ha dejado de importar la “verdad”. Ahora, en general, somos capaces de pagar por escuchar aquello que deseamos oír.
…
PD: ¡Claro está, nos referimos a los otros… no a nosotros mismos!