Intenta responder a esta pregunta "trampa"
Pregunta que puede tomar muchas formas y muestra lo que se nos prohibe.
Para poder montar una de sus películas, La Montaña Sagrada, Alejandro Jodorowsky huyó de México donde las autoridades lo habían amenazado. Se instaló en Nueva York, donde empezó a sudar como fruto de la angustia que sentía. Un amigo le dio la dirección de un médico muy sabio en el barrio chino. La primera pregunta que este sabio le hizo fue: “¿Cuál es su finalidad en la vida?”.
A lo que Alejandro respondió: “No vengo a tener una conversación filosófica. Vengo a que usted me cure de mi problema” El anciano insistió: “Si usted no tiene una finalidad en la vida, no lo puedo curar”...
Responder a esa pregunta no es fácil. Dudo que exista una única finalidad, la misma vida muchas veces es una sucesión de finalidades. Sin embargo reconozco que responder a esa pregunta -en un momento concreto- puede mostrar lo que nos da miedo o lo que sentimos que -en ese momento- se nos prohibe de alguna manera.
La pregunta puede tomar muchas formas diferentes, aunque en esencia siempre es la misma: ¿Qué es lo que quieres hacer con tu vida? ¿Cuál es tu finalidad? ¿Qué es lo que todavía no has conseguido? ¿Hacia dónde vas? ¿Cuál es tu horizonte ideal? ¿Qué tres deseos le pedirías a una Hada?
Aquello que respondamos nos estará señalando alguna prohibición de nuestro árbol genealógico.
Si la respuesta es que quiero “disfrutar”, significa que hay una prohibición del placer, del deseo. Si queremos ser felices, nuestro árbol parece que nos ancla en el sufrimiento. Si queremos ser artistas, nuestro árbol parece que nos niega la creatividad. Si queremos ser libres, nuestro árbol nos atrapa en alguna forma de esclavitud. Así hasta el infinito...
La finalidad en realidad es nuestro guión auténtico, incompatible muchas veces con el guión que la familia -el árbol genealógico- nos impone. Para poder realizarnos debemos conocer los acuerdos del inconsciente familiar que nos lo impiden.
Por último recordemos las palabras de Séneca: “No hay viento favorable para el que no sabe dónde va”.