Imitamos los comportamientos y también los deseos.
“El ser humano no sabe qué desear” René Girard
Si no sabemos qué desear ¿qué hacemos entonces?
Mirar hacia los demás para decidirlo. Aprendemos por imitación a querer las mismas cosas que otras personas quieren. Del mismo modo que aprendemos a hablar por imitación.
¿Incluso en las guerras aparece este mimetismo?
Las guerras vienen de enfrentamientos individuales y localizados, pero por el mimetismo de nuestra especie, todos van tomando partido y ampliando el conflicto por algo que, en principio, era mucho más limitado.
¿Hay alguna cosa que podamos hacer para desactivarlo?
Tal vez dejar que las personas implicadas resuelvan entre ellas sus divergencias, de esa forma evitaremos la agresividad mimética o la práctica del Chivo Expiatorio.
¿A qué nos referimos con “Chivo Expiatorio”?
Es un mecanismo que convierte una guerra de todos contra todos en una guerra de todos contra uno. Esto trae temporalmente la paz porque la gente olvida sus conflictos miméticos por un tiempo al descargar toda su ira sobre el chivo expiatorio.
¿Quién puede “encarnar” a esta figura?
El diferente, aquel con alguna característica distintiva de un forastero o extranjero, algo que le hace distinto. También el que rompe con la ortodoxia o con los tabúes del grupo.
Girard consideraba que en el mecanismo del Chivo Expiatorio el sacrificio siempre parece justo y apropiado. Consideramos que nuestra violencia es buena y la violencia del otro bando es siempre mala.