¿Ideas de videojuegos que se usan para controlarnos?
(Conocer la intención de las herramientas que usamos)
Adrian Hon, diseñador de videojuegos, afirma que los peregrinajes virtuales de la Edad Media eran como la pulsera Fitbit. No todo el mundo podía hacer peregrinajes religiosos en la antigüedad, por esa razón se crearon recorridos virtuales dentro de conventos o en casa. Así podían hacer ver que pasaban etapas y conseguían las preciadas indulgencias, que eran el premio de los peregrinajes reales para ir al cielo.
No debería sorprendernos que en el pasado la gente pagara por las indulgencias sin antes preguntarnos ¿qué pensarán de nosotros dentro de 300 años cuando analicen los motivos por los que buscábamos tener retuits y likes en Twitter?
Hon, fundador de una empresa de videojuegos y neurocientífico, lleva años dando vueltas a qué ventajas y desventajas tiene usar ideas de videojuegos para una finalidad distinta al entretenimiento. Acaba de publicar un libro con el siguiente título: “Cómo las empresas, los Gobiernos y las escuelas usan juegos para controlarnos a todos”
Básicamente se trata de usar cosas como puntos, medallas, niveles o misiones, y se aplican a algo que no es tan divertido, como hacer ejercicio o aprender idiomas. Algunos usos tienen sentido y pueden ayudar a entretener. Pero tal vez sea fácil sobrepasar esos límites y caer en todo tipo de obsesiones perfeccionistas:
-Desde los kilómetros que caminamos diariamente que quedan registrados y pueden servir para preocuparnos cuando no cumplimos (al compararnos con otros).
-Si tenemos un blog observar las cosas que tienen más repercusión pueden llegar a condicionar los contenidos que publicamos. (La audiencia se convierte en otra esclavitud)
-Las rachas, que se premian en los videojuegos, cuando las aplicamos a la vida real pueden tener una carga no tan positiva, obligándonos a realizar esfuerzos que nos perjudiquen más que beneficiarnos.
-La lista es interminable… Por tanto de nosotros va a depender que, en última instancia, el uso de estas herramientas sea para añadir valor a nuestras vidas.
En cualquier caso esta noticia, publicada en el País, nos obliga a reflexionar sobre el uso (o abuso) de ciertas aplicaciones que más que liberarnos puede que nos estén esclavizando hasta niveles inimaginables.