Somos múltiples. En nuestro interior habitan numerosos personajes y cada cual tiene su voz. Si no los conocemos ni nunca los hemos trabajado puede que surjan en el momento mas inoportuno y provoquen un barullo considerable.
En cambio si conseguimos que todas nuestras voces interiores tengan un único interlocutor -nuestra conciencia central- es probable que ganemos en coherencia externa y también interna.
Hablemos siempre con el máximo respeto e integridad a cualquier persona que tengamos delante. Si no somos auténticos y actuamos con dobleces -más pronto que tarde- se verán nuestras costuras.
La autenticidad viene acompañada de palabras y sobre todo de hechos (que hablan con bastante más fuerza que las mismas palabras)