El término familia multiespecie supone un nuevo escenario en el que los animales pasan a ser integrantes de las organizaciones familiares y no meros anexos.
En palabras de Alejandro Jodorowsky: “La convivencia con otras formas de vida nos hace humildes, responsables y comprensivos. Aprendemos otras formas de ser, no verbales (el gato) y no nómades (la planta). A través de estos compañeros nos unimos a todas las diferentes formas de vida que pueblan nuestro planeta y el cosmos. Y más aún, nos unimos al animal y al vegetal (también al mineral) que habita en nosotros mismos”
Dentro de este nuevo concepto de familia van a resultar muy importantes las interacciones cercanas y también el compromiso. Aunque lógicamente conviene ser conscientes de ciertos límites en esa convivencia (cuando son muchos los animales que tenemos en nuestras casas) como también recuerda Alejandro Jodorowsky:
“Cuando las enjaulamos en nuestras casas, padecemos una simpática fobia contra la sociedad humana. Fobia que respeto porque en cierta manera mitiga el dolor del abandono... Es cierto que no hay que tomar a los animales domésticos por hijos, pero si es cierto que hay que amar a los animales, a todos, incluso a los que consideramos "dañinos". Todo lo que produce nuestro planeta es sagrado y tiene su misteriosa razón de ser
Al morir una mascota es cuando normalmente se toma consciencia del fuerte vínculo que uno puede haber creado con ella. Entonces parece lógico que desde el ámbito del derecho ya se considere que los animales no humanos no son cosas (en el sentido jurídico del término), sino seres que sienten.
Todo está vivo -y por tanto sujeto a transformación- aunque con velocidades distintas, en este planeta que habitamos.