¿Cuántas veces hemos escuchado una voz en nuestro interior que nos cuestiona si lo estamos haciendo bien? Es ahí donde parece que, la mayoría de nosotros, encontramos a nuestro personaje interior dedicado al control.
Esta voz puede estar conectada con los límites y miedos que nos ha transmitido nuestro árbol genealógico. Mensajes que a fuerza de ser repetidos nos han dejado huellas -en forma de temores heredados- aparentemente imborrables. Desconfianzas que pueden convertirse fácilmente en frenos y bloqueos en nuestro día a día.
Es posible que allí donde se asiente nuestro “crítico” notemos que hemos de esforzarnos bastante más de lo normal. Las respuestas que buscamos en su sector nunca serán fáciles de encontrar y el paso del tiempo -es decir la experiencia- parecerá ser nuestro único aliado.
Dicen que el miedo a la vida desaparece cuando tenemos la libertad de mostrarnos tal cual somos. Aunque para ello antes habrá que enfrentarse con nuestro “yo crítico” y puede ser un durísimo negociador.
PD: Si fuera necesario, además de aprender a negociar con él, también podemos regalarle un libro de chistes.