Es mucho más lo que no vemos que lo visible. El ejemplo más claro lo tenemos en el estudio de nuestro universo. Si aplicamos el principio de que “como es arriba es abajo”, lo que sucede a gran escala resultará extrapolable a nuestro mundo personal.
Veamos primero el macrocosmos (escala del universo):
La energía oscura es un fenómeno que todavía no somos capaces de entender (solo vemos sus efectos) responsable de acelerar la expansión del universo. El 68% del universo, es decir, casi dos tercios, está compuesto de energía oscura.
La materia oscura no la podemos ver, ni es absorbida por los materiales, ni tampoco es reflejada. Sabemos que existe por las pistas que nos dan la astrofísica y la cosmología. Por ejemplo, es necesaria para explicar la rotación de los objetos en las galaxias. Se estima corresponde aproximadamente al 23% de la materia del universo.
El resto, menos del 10%, es la materia que conocemos.
Pasemos ahora al microcosmos (escala personal):
Todo lo que hoy no somos capaces de explicar forma parte de nuestro universo personal invisible. Si mantenemos la proporción con la otra escala, también podría tener un tamaño del 90% respecto al total.
¿Seríamos capaces de negar los sueños, o de considerarlos pseudocientíficos? Tal vez resulte difícil validarlos porque siempre habrá alguien que diga que no sueña o no recuerda ninguno de sus sueños. Seguramente serán muchos los que puedan constatar haber tenido sueños lúcidos, en ellos son conscientes de estar soñando. Un paso más allá es otro tipo de sueño conocido comúnmente como viaje astral por el nivel de nitidez que alcanza. Recordemos que todo lo onírico se mueve en el espectro que supone el 90% de lo invisible (y por tanto indemostrable)
A escala humana sabemos que existe la percepción extrasensorial (también por sus efectos) No se trata de algo sobrenatural, porque todo lo que está en la naturaleza es natural. Lo único que sucede es que todavía no somos capaces de explicarlo.
La astrología se viene utilizando (también a partir de sus efectos) desde hace algunos milenios. Cuando asumamos el desconocimiento del 90% respecto al cosmos entenderemos que forma parte de ese mismo porcentaje que hoy no somos capaces de validar científicamente.
Si aplicamos la lógica cartesiana de cada diez fenómenos uno será demostrable y los otros nueve resultarán invisibles (o difíciles de demostrar en el plano físico)
Podríamos quedarnos apaciblemente en ese 10% de lo conocido y defendernos con uñas y dientes de todo aquel que trate de rasgar el velo de lo invisible para molestarnos.
Algunas palabras que algunos tratarán de evitar (o no) por formar parte de lo invisible:
Terapias alternativas, meditación, homeopatía, amor, cuentos, niveles de conciencia, tarot, i-ching, etc.
Utilicemos de la mejor manera posible nuestro grado de conexión con ese lado invisible de la vida. Tal vez resulte sabio no renunciar a ninguna de nuestras partes (incluso las que no vemos) para que todas se puedan expresar.