¿Podrá un corazón herido volver a amar?
No se llega a un corazón herido de cualquier manera, con expectativas, ni con críticas, consejos, exigencias.
Un corazón herido puede recubrirse de espinas como medida protectora.
Puede que un día, entre latido latido, se dijese: “no volveré a confiar en nadie, ni a vincularme, y menos a enamorarme, duele demasiado el desamor”.
Puede que la soledad y la desconfianza lo hiciese huraño y desapegado.
Puede que el aislamiento lo recubriese de fría aparente autosuficiencia. Pero en su interior late una tierna esencia con anhelo de caricias, esperando en silencio la cercanía de un vínculo seguro.
Para conectar con un corazón herido, hay que ir sin prisas, colocarse las gafas de la compasión, el traje de la generosidad y los zapatos de la persistencia.
🌵Paciencia, hay esperanza.