Había una vez un hombre obsesionado por encontrar un criterio infalible para no errar en sus decisiones. Desde las más triviales hasta las más trascendentales.
Consultó manuales, científicos, oráculos y hasta novedosos algoritmos de inteligencia artificial, pero lo se quedó con lo que le dijo un búho parlanchín que se le apareció en un sueño:
“Decide siempre lo que te acerque a ser más tú”.