La mayoría de las vivencias de crisis se experimentan al comienzo como estar en un pozo y al terminar, como estar saliendo de un túnel.
Una de esas salidas la asocio con el concepto de “desesperanza creativa”. Me parece que el mismo término, si lo lees detenidamente, lo dice todo.
Pero lo explicaré el proceso en cuatro pasos:
Tienes expectativas, apegos, hábitos, crees que posees alguna estructura que te da seguridad.
Pero sucede lo inevitable y tu mundo se derrumba. Hay pérdida, duelo, cambios indeseados. Tu atmósfera interna habla de estar en un pozo profundo. Puede haber negación, rabia, negociación, tristeza, luchas, intentos de que funcione lo que ya no funciona y, porque en el fondo, estás agarrado a una irracional esperanza de que todo vuelva a ser como antes.
Y el pozo se hace más oscuro cada vez porque el fantasma de la desesperanza termina por ensombrecerlo todo. No hay nada que hacer.
Es entonces cuando sucede el milagro: tu innato y natural instinto de vida se activa y enciende la antorcha de la creatividad. Caminas y ves la salida a través de recursos que siempre estuvieron ahí.
Estamos programados para superar los procesos de crisis. En lugar de pelearnos con la desesperanza, podemos ver en ella una puerta hacia la creación de una nueva realidad al otro lado del túnel.