En nuestro árbol genealógico hay cosas que no somos capaces de ver a simple vista.
Lógicamente son las raíces ocultas bajo tierra y que en ocasiones alcanzan grandes profundidades. Cuando comenzamos a trabajarlo buscamos información sobre todas las parejas de nuestro árbol. Arrancamos desde lo más cercano que es la pareja de nuestros padres, para después investigar en la de nuestros abuelos, bisabuelos, etc.- Nuestro concepto de pareja se edifica sobre estas raíces, por tanto conocerlas puede convertirse en una ayuda inestimable.
También hay cosas de nuestro árbol genealógico que son observables directamente.
Por ejemplo las parejas que en realidad no funcionan -que llamamos disparejas- así como los amores platónicos, etc. Otra cosa que resultará bien visible es el nivel de compromiso que establecemos con nuestra pareja así como el grado de amor alcanzado. Darnos cuenta del nivel de conciencia de nuestro árbol es uno de los objetivos.
Los obstáculos
Son las “plagas” que dificultan el crecimiento de la pareja. Entre estos obstáculos podemos destacar la crítica, los secretos, el maltrato, los celos, la dependencia, la rutina, el autoengaño, etc.
Los recursos
Son los nutrientes que hacen que el árbol -y con ellos las parejas del mismo- se desarrollen en todo su potencial. La apertura, el autoconocimiento, la comunicación, atender a las necesidades, la complicidad, la fidelidad, etc.
Los frutos del árbol
Dicen que no importa que un árbol esté “torcido” si los frutos que da son exquisitos. La creación -bajo todas sus formas- estará muy presente en un árbol sano y por supuesto también estarán presentes sus semillas de inspiración.