Cuando preguntamos por la verdad y recibimos una sonora carcajada como respuesta.
(Buda decía que verdad era lo útil)
Confuncio relacionaba la verdad con cuatro esquinas. Eso que llamamos “verdad” era solo una de ellas y dependía de cada uno de nosotros encontrar las otras tres.
Otra forma de explicarlo es planteando que la verdad está diseminada por el mundo, y como buscadores nuestra misión consiste en ir recopilando los fragmentos. Podemos cometer el mayor de los errores en cada ocasión que pensemos que uno de los fragmentos que acabamos de encontrar es la verdad con mayúsculas.
Cuando la verdad la vemos todos pero nadie dice nada: “El traje nuevo del emperador”
Este cuento va sobre un emperador destinaba su fortuna a la compra de trajes variados. La llegada a su reino de unos tejedores que decían ser capaces de tejer la tela más extraordinaria del mundo llamó su atención.
Aquellos impostores plantearon al monarca que se trataba de una tela que resultaba invisible a ojos de los necios y de quienes no merecían su cargo.
El emperador inmediatamente quiso tener un traje con esa tela sin reparar en gastos. Sin embargo como tenía miedo de no ser capaz de verla envió a uno de sus ministros. Cuando el hombre llegó al telar se dio cuenta de que no había nada y que los tejedores eran en realidad unos farsantes, pero para evitar que pensaran que no merecía su cargo fingió ver unos bordados y colores maravillosos.
Cuando el emperador decidió ir con su séquito a comprobar el trabajo se dio cuenta de que no veía nada por ningún lado y antes de que alguien se diera cuenta se apresuró a decir:
– ¡Magnífico! ¡Soberbio! ¡Digno de un emperador como yo!
Su séquito comenzó a aplaudir y comentar lo extraordinario de la tela. Tanto, que aconsejaron al emperador que estrenara un traje con aquella tela en el próximo desfile.
Cuando llegó el día y comenzó el desfile y todo el mundo lo contemplaba aclamando la grandiosidad de su traje y los bordados tan exquisitos. Hasta que en medio de los elogios se oyó a un niño que dijo.
– ¡Pero si está desnudo!
Las verdades en nuestro mundo actual
Vivimos en un mundo rodeado por verdades parciales. El político
suele utilizar “la verdad estadística” que le permite justificar cualquier cosa. ¿Buscan siempre la vara de medir que les resulta más ventajosa para aferrarse al poder?
Cualquier informativo (válido también para la prensa) puede presentar las verdades del día adaptándolas al perfil de sus lectores y sobre todo al de su linea editorial. Una frase que se atribuye a Groucho Marx tal vez resuma la forma de funcionar de muchos medios de comunicación: «Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros». ¿Informan o más bien se dedican a opinar?
En el mundo de los negocios cualquier verdad será siempre relativa por esa razón tratará de ajustarse como un guante a cualquier potencial comprador. ¿Vender es su única verdad?
Actualmente hay infinidad de cultos religiosos operando en el planeta y lógicamente todos afirman tener “su verdad”. ¿Puede haber más de siete mil verdades religiosas en nuestro planeta?
Lo que dicen algunos maestros y pensadores sobre la verdad
Thich Nhat Hanh decía que si tomamos como verdad una cosa y nos aferramos a ella, aun cuando la verdad misma se presente en persona y llame a nuestra puerta, no responderemos a su llamada. Para que las cosas se revelen a nuestros ojos, necesitamos estar dispuestos a abandonar nuestras concepciones personales.
Para Alejandro Jodorowsky las palabras pueden mostrar el camino, pero difícilmente serán la verdad. Dice que ante infinitas soluciones siempre es preferible no buscar la verdad, sino la autenticidad.
Juan trigo aconseja dudar de todos aquellos que digan estar en posesión de alguna verdad, y de todo aquello que no podamos experimentar de primera mano, porque en última instancia puede que sólo estén tratando de vendernos algo.