Cuando no entiendas algo interprétalo como si se tratara de un sueño.
El secreto consiste en abrirse al infinito.
Recibió en su casa un libro por correo que no había pedido. Inmediatamente se puso en contacto con la editorial para iniciar los trámites de devolución. Sin embargo, dado que no tenían constancia de haberlo enviado, le dijeron que se lo quedara.
Entonces recordó las palabras de uno de sus maestros: “Cuando el Universo te lanza un dulce que no has pedido, abre la boca” Es decir, si alguna cosa nos llega y aparentemente nadie se hace cargo de haberla enviado debemos aceptar que es un regalo y los regalos no se pagan.
En ese punto se propuso buscar en su interior los motivos por los que el libro había llegado hasta sus manos. Buscó mensajes en la portada y contraportada. Intentó captar información que le resonara, que le pareciera de utilidad. Leyó detenidamente el título, observó el número del tomo, el año en el que fue publicado, su índice temático, etc. Era consciente de que potencialmente aquel libro contenía muchísima información que tendría que ir asimilando. También recordó que en cada ocasión que releemos un libro este parece aportar material distinto que no captamos en su día porque estábamos en otro momento vital.
Además también tenía disponible el uso de la bibliomancia. Formular una pregunta abriendo el libro al azar y leer la respuesta que apareciera frente a sus ojos.
Incluso pensó que para aquellos que, a pesar de todo lo dicho anteriormente, no se quieren quedar con algo que no sienten como propio está la opción de donarlos a una biblioteca o a una asociación de cualquier tipo. Con esta acción se propicia que alguien -en algún momento- pueda entrar en contacto con aquel material. Daremos la posibilidad de que esta obra sea conocida indirectamente, abriendo nuevos e insospechados caminos.
Probablemente aquella primera opción, la devolución del libro por correo, fuera la menos evolutiva. Además de los gastos que siempre conlleva, puede provocar que en muchos casos el libro acabe en un limbo (almacén) de nula utilidad para nadie.
Más allá de esta historia que solo es un ejemplo, en cada ocasión que interpretemos la realidad como si se tratara de un sueño nos abriremos a infinitas y lúcidas posibilidades.