¿Cómo os conocisteis?
En la elección de pareja suele ser nuestro inconsciente el que toma las decisiones. Siempre condicionados por nuestra historia familiar y por la complejidad de nuestro propio laberinto interior.
Si no nos conocemos interiormente lo más probable es que escojamos como pareja a una versión de la primera que tuvimos: madre o padre. O por contraste a una que no se parezca en nada a ellos.
Si nos atrae “el olor a clan” o aire familiar incestuoso, será fácil que caigamos en repeticiones muy conocidas -porque las tenemos presentes- en nuestro árbol genealógico.
Si nos devaluaron, como adultos podemos enamorarnos de personas que nos devalúen. Tampoco se trata de ser la solución de alguien… (“un roto para un descosido”)
Aunque nunca suele ser una buena idea, puede que pidamos a nuestra pareja aquello que nuestros padres nunca fueron capaces de darnos (“compensación”) Es preferible que como adultos nos demos a nosotros mismos lo que ellos nunca nos dieron.
Ningún tipo de magia -o de psicomagia- resultará verdaderamente efectiva para atraer a una pareja. La psicomágia no se dedica a influir en los otros sino a trabajar sobre nosotros mismos.
La misma obsesión por buscar pareja dificultará el auténtico encuentro. No busquemos a nuestra pareja desde el ego, siempre es preferible que lo hagamos desde nuestro Ser esencial (o conciencia central)