¿Cómo dejar de pelearme con la realidad?
Historia 1:
Un monje le preguntó a su maestro:
-Hace tanto calor! ¿Cómo podemos escapar del calor?
Y el maestro le respondió:
-Ve a un lugar donde no haga ni frío ni calor.
-¿Existe tal lugar?, preguntó el discípulo.
Y el maestro replicó:
– Cuando haga frío, sé un budha con frío. Cuando haga calor, sé un budha con calor.
Uno podría pensar que practicando sazen llegará un momento en que se alcanzará un estadio donde no hará ni frío ni calor, donde no habrá dolor o placer. Uno se podría preguntar, ¿qué clase de realización se obtiene de la práctica de sazen?
Un verdadero maestro te responderá:
-Cuando sufras deberás sufrir. Cuando te sientas bien, te sentirás bien. Algunas veces serás un budha sufriendo. Algunas veces serás un budha llorando. Y algunas veces serás un budha muy contento.”
Shunryu Suzuki, BRANCHING STREAMS FLOW IN THE DARKNESS
Historia 2:
Durante un paseo por un paisaje nevado el discípulo pregunta al maestro: “Maestro, los tejados están blancos, ¿cuándo dejarán de estarlo?” El maestro tarda en contestar. Se concentra y al fin le dice con voz áspera: “¡Cuando los tejados están blancos, están blancos; cuando no están blancos, no están blancos!”
Alejandro Jodorowsky en “La sabiduría de los cuentos” escribe un comentario que me parece digno de mencionar sobre éste último cuento:
“Lo importante es aceptarse uno mismo. Si mi condición presente me produce malestar es señal de que la rechazo. Entonces, más o menos conscientemente, trato de ser distinto del que soy, en definitiva, no soy yo. Si, por el contrario, acepto plenamente mi estado de este momento, estoy en paz. No me lamento por creer que debería ser más santo, más bello, más puro de lo que soy aquí y ahora. Cuando soy blanco, soy blanco, cuando soy oscuro, soy oscuro, y punto. Ello no impide que trabaje en mí, que trate de ser un instrumento mejor; esta aceptación de uno mismo no limita las aspiraciones, sino que las sustenta. Porque sólo puedo avanzar a partir lo que soy realmente”.
¿Gastas energía en escapar o quejarte insistentemente de las circunstancias inevitables que estás viviendo?
¿Cómo sería transitar por tales circunstancias siendo tú mism@, de la manera más digna y sabia posible?
La buena noticia es que podemos cambiar la actitud y estar en paz con lo que pasa… y, por supuesto, seguir avanzando.
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