¿Crees que mantener presente y vivo un ideal pueda transfigurar lentamente tu vida?
He leído un cuento breve de Hawthorne “The Great Stone Face” que habla de ello.
Un pueblo asentado a los pies de una gran montaña, cuyas formas se asemejaban a los rasgos de un hombre de gran nobleza y refinamiento. Los habitantes de la villa llamaban a la montaña la gran cara de piedra" y creían que "allí había más sabiduría que la que se podía aprender en los libros".
Había una leyenda que decía que un día llegaría un hombre cuya cara se asemejaría al semblante de la gran cara de piedra.
Uno de los lugareños había estado esperando con impaciencia desde su infancia a que apareciese el hombre, pero era en vano. Pasó el tiempo.
Aquel lugareño tenía siempre la cara de piedra en su vista y en su mente. Su casa estaba delante de la montaña y se pasaba muchas horas contemplándola, imaginando... que la gran cara de piedra movía su vista y lo miraba con simpatía.
Por fin, un día, la gente del pueblo empezó a darse cuenta de que él mismo había adquirido un notable parecido con la gran cara de piedra. Su fisonomía reflejaba la misma nobleza y refinamiento.